Llegamos aquí cansados y hambrientos. Nos alojamos en una villa cercana y la mayoría de los lugares están cerrados después del almuerzo. Fueron muy amables y nos hicieron los platos como lo solicitamos. Tuvimos un bebé con nosotros y queríamos plato de pollo. La comida era fresca y servida con una sonrisa.
Locale tipico anni 80, nel bene ma sopratutto nella genuinità dei toscani.
Le pizze sono discrete, con i tevoli tutti occupatiu il servizio si rallenta prezzi molto buoni.