En nuestro último día en Venecia, paramos en Ristobar San Polo para almorzar antes de salir de nuestro Airbnb. Los asientos al aire libre justo al lado de la plaza eran perfectos para empaparse en un último poco de encanto veneciano.
Pedí gluten - pasta libre, y se preparó de forma segura. Nuestro servidor era cálido y acogedor, charlando con nosotros sobre viajes y la vida en los Estados Unidos. Fue una forma relajada y amigable de terminar nuestro viaje, especialmente reconfortante sabiendo que se tomaron en serio las necesidades celíacas.