Si quieres una experiencia típica en restaurantes turísticos de Milán, no vayas aquí. Pero si quieres una experiencia única donde conocer al propietario/chef y pasar una noche que nunca olvidarás, este es el lugar para ti. El lugar es muy sencillo y bastante pequeño, pero todo eso se suma a su encanto. Y luego está la increíble comida (comimos lasaña y raviolis) y el tiramisú más ligero y delicioso que jamás hayas probado. Nos gustaría volver allí de nuevo!
Mi hija y yo visitamos este acogedor y relajado restaurante 8 de marzo y no solo tenía la comida más increíble, sino que también se sintió cálidamente bienvenido por nuestro anfitrión y cocinero.
Recomendamos encarecidamente una visita.