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01/07/2025: Entramos mi mujer embarazada de 4 meses y yo el 1 de julio del 2025 a las 14:15 h, en parte guiados por las buenas reseñas de TA. Había un comensal a esa hora y la chica que nos recibió ya nos puso LA PEOR de sus caras. Tras consultar con la “nonna” nos montó una mesa al lado de la puerta abierta por donde entraba el auténtico infierno toscano… A esta camarera le pedimos una botella de agua y una cerveza, que nos sirvió en la mesa junto con un aperitivo local (supongo que cortesía de la casa “del horror”). Acto seguido la abuela nos dijo con CERO CORTESÍA Y UNA CARA AUN PEOR que la joven que la cocina estaba apagada y qué queríamos comer, que para ello tenía que volver a calentar el agua. 2 minutos de reloj antes sin exagerar la vi sacando unos tagliatelles negros de la cazuela (supongo que serían para ella y el motivo de su enfado??). Mi mujer le pidió la carta y nos las dio (solo en italiano). Le comentamos a la señora que mi mujer está embarazada (por si amablemente nos quería hacer alguna sugerencia) y ahí su gesto AÚN SE TORCIÓ MÁS, contestando que ella no sabía qué podía comer, que le preguntáramos a nuestro médico. Da la casualidad de que los 2 somos médicos y no solo eso, hemos tenido la oportunidad de viajar algo por el mundo, NO RECIBIENDO JAMÁS UN TRATO TAN INHÓSPITO. Ante tal situación y a pesar de las horas (ellos ponen en Google que “cierran a las 15:30”) les pedimos que nos cobraran, al considerar que no tenemos por qué aguantar LOS PÉSIMOS MODOS de estas 2 personas, e inicialmente nos dijo que nos fuéramos sin más, pero como tenemos algo de educación decidimos pagarles la botella de agua, la cerveza y su NEFASTA ATENCIÓN: en total 9€, el dinero PEOR GASTADO en nuestras vidas! Desde luego que es un lugar al que NO VOLVEREMOS y un solo consejo: la educación no ha de perderse nunca, y más si se decide trabajar de cara al público. “Gracias”por no dar de comer a una mujer embarazada y por no saber decir la verdad en redes sociales en cuanto a sus horarios de apertura.

04/05/2025: Siamo appena usciti dall'osteria, nella quale siamo arrivati senza aver prenotato ma di passaggio in quanto eravamo in zona per altre questioni. Posto carino, cibo buono, camerieri gentili ed educati ma, purtroppo , abbiamo trovato un'accoglienza da parte della proprietaria nonché cuoca a dir poco pessima. Ci ha accolto dicendo che doveva fare fuori e dentro dalla cucina perché le mancava una persona e che l'avremmo agevolata se avessimo fatto più ordinazioni uniche e meno diversificate tra noi e fin qui ci poteva stare. Nel passare a lasciare un piattino di polenta, ce lo ha letteralmente lanciato sul tavolo, per andare al tavolo accanto. Di primi ,che per farle un favore, ne abbiamo ordinato solo due vassoi e mentre un cameriere ci porta l'acqua gli abbiamo detto cosa ordinavamo: la signora esce dalla cucina per dirci "il cameriere non riesce, devo venire io a prendere le ordinazioni, voi mangiate" . Mentre mangiavamo l'antipasto si affaccia chiedendoci"ora siete tranquilli?" : come se la furia l'avessimo avuta noi. Quando torna a prendere le ordinazioni aveva finito ciò che le chiedevamo, non era un problema per noi, ma lei con molta poca educazione ribadisce il fatto di essere sola in cucina e che fa quello che può. Una volta arrivati, nel servirli, ha rovesciato il burro sulla mia borsa (per la quale almeno si scusa e dice di avere un'assicurazione, la tranquillizzo dicendo "non c'è problema si lava" ) . Da qui in poi torna solo una volta dicendo "se non ordinate più niente io mi chiudo in cucina". Forse , se desse più fiducia ai suoi camerieri e rimasse davvero a fare solo la cuoca avrebbe meno recensioni che dicono "cibo buono ma..." .