Trattoria Lilli In Roma

A true "hidden" gem as far as authentic italian food goes. The location is to me perfect, on a quiet backstreet with little to no trafic - both on foot and vehichles. The staff, great and laidback. The food, tastes like you'd expect real italian food to taste like. We ordered the Spaghetti Carbonara and Rigatoni alla Lilli. What makes the visit even more special was that a lot of locals ate here so you know it's good!

Excellent food, highly recommended

Excellent restaurant, very attentive and friendly staff. Everything was delicious.

Just great. Grandparents owned the place and it feels like they appreciate the visit. This is why I love Italy!

This place is hidden away and unfortunately has an unpleasant view, but the quality of the food makes up for it! Recommended if you're looking for food rather than location.

Relaxed service but excellent food. Family owned and run.

Every dish is excellent. We find ourselves in a typically Italian atmosphere. The servers are super helpful and professional. I highly recommend the tiramisu. A little tip: come at opening time to avoid the crowds.

Special. Thirty years later, it remains a true pleasure to enjoy the tasty and sincere Roman simplicity. It was the first trattoria I dined at when I arrived in Rome in the 1990s, and it remains so today!

Pranzo a pochi passi dal Vaticano e Castel Sant'Angelo, primi piatti della tradizione strabuoni ma pure i secondi sono da paura.

La mejor comida que hemos probado en Italia – ¡Una verdadera joya oculta! Este pequeño restaurante familiar escondido justo al lado de la calle principal fue el punto culminante de nuestro viaje a Roma. Dirigido por una encantadora pareja italiana y su amigable sobrino, que era nuestro camarero, el ambiente era cálido, auténtico y lleno de encanto. Teníamos la pasta de tomate y un rigatoni con tocino – ambos eran simples, tradicionales, y absolutamente rebosantes de sabor. También probamos las albóndigas y el vino de la casa, que combinaban perfectamente con la comida, y de postre, nos convenció (¡menos mal! ) nuestro camarero de probar el pastel de chocolate sin harina y el tiramisú casero – ambos fueron excepcionales, especialmente el tiramisú que posiblemente fue el mejor que hemos probado. ¡Hasta fueron tan amables de darnos limoncello en la casa! Esta fue, manos abajo, la mejor comida que hemos comido no solo en Roma, sino en cualquier lugar de Italia. Nos encantó tanto que tratamos de volver al día siguiente, solo para descubrir que estaba cerrado por el día festivo - una pena, pero una gran excusa para volver! Muy, muy recomendable para cualquiera que busque auténtica comida italiana y un ambiente familiar cálido.