Estuve con un grupo de amigos primero y con otra persona después y nos pareció perfecto, con una relación calidad-precio inmejorable. Las pizzas, lo más llamativo en la carta, tienen un tamaño grande por menos de 10 euros (y te acabas hartando), aunque el resto de platos, como la sepia en su tinta con polenta o la pasta están también deliciosos. Las bebidas tampoco tienen malos precios. Volvería seguro.