Un paraíso, escondido en el corazón de las montañas.
La experiencia va mucho más allá de cualquier expectativa que tenía.
Esperé demasiado tiempo por esto y ahora creo que estaré allí cada vez que pueda.
No hay palabras para describir la calidad de la comida, debes probarla tú mismo.
La familia propietaria del lugar es de mente abierta, fácil de llevar y muy acogedor.
También puede quedarse a pasar la noche y literalmente “disfrutar del silencio”.