Reservamos una habitación en la casa de huéspedes en nuestro camino de Malpensa a Rapallo y desde el momento en que llegamos, nos hicieron sentir como si fuéramos huéspedes más bienvenidos. Las habitaciones son sencillas pero acogedoras y cómodas. Sin embargo, la joya de nuestra visita fue la cena! Wow! Para empezar, nos dieron un banquete de carnes curadas acompañadas de focaccia con queso y aceite de oliva. Luego otro plato de raviolis con carne de res y finalmente carne asada con papas y ensalada. Todo hecho con amor a partir de recetas transmitidas de la abuela a la madre a la hija. Todo ello acompañado de una fabulosa botella de tinto Barbera y tapado con digestif de crema de limón casero. Asegúrese de probar el helado de leche - helado con calabaza confitada de postre. ¡Ven con hambre! Llegamos como extraños y nos fuimos como amigos. Sin duda un punto culminante de nuestro viaje!