Acabábamos de visitar Villa Médici y en un rato íbamos a la Galleria Borguese, así que buscamos algún lugar para tomar algo. Encontramos, de camino, primero un lugar, que no me acuerdo el nombre, pero mejor, tenían terraza, pero sólo era para comer, si era un pannini no podías sentarte. Después de 20 minutos perdidos y un trato muy desagradable del camarero nos fuimos. Encontramos este sitio, no muy grande, unas cuantas mesas en el exterior y otras en el interior, trato cercano y tenían lo que queríamos. Parece más un local para los romanos, más que los extranjeros, así que mucho más auténtico. Estuvo bien, nos permitió coger fuerzas para luego la visita de la tarde.