Al pasar por esta heladería me entró por los ojos desde el primer momento. Por eso, decidimos tomar el postre después de cenar en ella y, en mi caso, poder degustar el helado típico de la ciudad.
Local ubicado en una calle con mucho ambiente. La atención es amable y la atmósfera te invita a quedarte tiempo en el lugar.
El helado estaba riquísimo. Tomé el más ligero de todos y repetiría sin dudarlo.
La higiene, al menos en el salón, es correctísima. Decorado con un estilo típico de las heladerías.
Io e i miei amici ci siamo trovati molto bene. Personale cortese e simpatico.
Ottimo gelato ( ci sono piaciuti i gusti tiramisù, caramello salato, cocco/pistacchio, cheese cake al lampone) e per finire un buon caffè.